Google da en Montain View el primer paso para una red propia de conexiones WiFi



La empresa del gran buscador de Internet Google ha dado el primer paso para realizar uno de los grandes sueños de la empresa, convertirse en un proveedor de WiFi gratuito. Lo ha hecho en Mountain View, donde se encuentra la sede de la propia compañía, entre otras muchas también del sector tecnológico. La empresa ya había comenzado un proyecto así en San Francisco, pero en colaboración con Earthlink.

El pasado mes de noviembre, el ayuntamiento de Mountain View aprobó un plan para que Google diera acceso gratuito a Internet a la ciudad, en el centro de Silicon Valley, en la que residen más de 70.000 personas. La red cubre 11,5 millas cuadradas por medio de 380 puntos de acceso, y ofrecerá una conexión de 1Mbps, ampliable si la demanda del servicio aumenta. La iniciativa ha contado con la colaboración de varias asociaciones e instituciones, y la empresa espera que se vayan sumando otras, que permitan ampliar la red de puntos de acceso. Los usuarios necesitan tener, además de un dispositivo WiFI, una cuenta de Gmail desde la que se conectarán a la señal.
Minnie Ingersoll, gestor de producto por parte de la empresa, ha declarado que “ha sido particularmente remunerador llegar a acuerdos con el gobierno local, las escuelas, la biblioteca, las asociaciones de vecinos y todos los usuarios probadores para la introducción de Internet gratis y sin cables en la ciudad”.

Varios directivos de la empresa han descartado la idea de crear una red nacional de conexión a Internet. Pero los rumores son insistentes y llevan tiempo produciéndose sin que se hayan ahogado. Chris Sacca, director de proyectos especiales de la empresa, declaró al New York Times que los rumores no tenían fundamento. Pero Google lleva años aprovechando de la quiebra de numerosas empresas del sector de las telecomunicaciones para adquirir sus infraestructuras, con las cuales podría crear una red de banda ancha.

En la actualidad, cada vez que un usuario hace una búsqueda por Google, los datos se transmiten a una red de un servidor, que contacta a su vez con los servidores de Google a través de un mayorista. Esta operación le cuesta a Google hasta 60 dólares por megabit por segundo, cada mes, un coste que, apunta Om Malik, se incrementaría a medida que crecen los servicios de banda ancha. Con la creación de su propia red, Google evitaría tener que acudir a intermediarios.

Fuente: libertaddigital.com