A partir de mañana Simyo contará con una nueva tarifa que viene a sustituir a su tarifa de 3 céntimos: la tarifa de 2 céntimos ofrecerá llamadas a cualquier operador y hora por 2 céntimos con 15 céntimos de establecimiento de llamada y 600 Mb de internet móvil por una cuota mensual de 4,90 euros + IVA al mes (5,93 €), sin compromiso de permanencia.

Simyo compite así directamente en el segmento de los dos céntimos con un bono de datos para la gran mayoría de los usuarios y una cuota dos euros más barata que sus competidores más directos y 4,10 euros más barata que las tarifas con bono de 1Gb.

Desde que en Mayo lanzase sus tarifas de 0/6 céntimos y Gigaplan el
OMV naranja no había hecho cambios en sus tarifas, a excepción de multiplicar por 2 los datos de la tarifa Gigaplan que pasaron a ser 2Gb en Julio sin incremento de precio. Su tarifa de 3 céntimos había quedado un tanto desfasada frente a la oferta de sus competidores, dado que tanto Yoigo con su tarifa del 2 como Pepephone con la Ratoncito y Elefante ofrecen desde el verano tarifas de coste por minuto en el rango de los 1,9 a 2 céntimos con bonos de datos desde los 651Mb a 1Gb. La reacción de Simyo se ha hecho por tanto esperar, y el resultado ha sido una apuesta por ajustar el bono de internet móvil a un precio más que interesante : 600 Mb por 4,9 euros, dos euros menos que los 651 Mb de Pepephone y 4,10 euros menos que la tarifa de Yoigo o la nueva tarifa 1 céntimo de Amena que ofertan 1Gb de datos. Teniendo en cuenta que el consumo medio de datos del 90% de los usuarios de smartphone está actualmente por debajo de los 500 Mb podemos darnos cuenta de que nos encontramos ante una nueva vuelta de tuerca a la guerra de tarifas que sin duda va a hacer reaccionar al resto de OM

La nueva tarifa de 2 céntimos de Simyo estará disponible tanto para clientes actuales como para nuevos clientes, altas o portabilidades, a partir de mañana Jueves 29 de Noviembre en contrato. El exceso de datos sobre el bono de internet móvil se cobra a 3 céntimos por Mb y los
SMS a 9 céntimos, y como es habitual no hay consumo mínimo ni permanencia.

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